En la vida cristiana, usted enfrentará constantes ataques espirituales. El apóstol Pablo nos advierte sobre los dardos de fuego del maligno (Efesios 6:16). Estos dardos son pensamientos, tentaciones, dudas, desánimos, miedos, mentiras y todo aquello que busca derribar su fe y apartarlo de Dios. Pero la buena noticia es que usted no está indefenso.
En este articulo le presento principios bíblicos y prácticos para vencer esos dardos espirituales y mantenerse firme en la batalla.
Use el escudo de la fe
“Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno.” (Efesios 6:16)
La fe es su defensa activa contra todo ataque. No se trata de tener fe en uno mismo, sino de tener fe en la fidelidad, poder y promesas de Dios. Cuando el enemigo lanza pensamientos de derrota o temor, use el escudo creyendo en lo que Dios ha dicho. Declare en voz alta las promesas de la Palabra. Así, usted apagará el fuego del enemigo.
Use la espada del Espíritu: la Palabra de Dios
“La espada del Espíritu, que es la palabra de Dios.” (Efesios 6:17)
No basta con resistir: también hay que contraatacar. Y la única arma ofensiva en la armadura espiritual es la Palabra de Dios. Cuando el enemigo atacó al Señor Jesús en el desierto, Él no discutió ni razonó: citó la Escritura. Usted debe conocer la Biblia, memorizar versículos clave, y declararlos con fe cuando el enemigo intente herir su mente o su corazón.
Cierre toda puerta abierta al enemigo
Los dardos del diablo son más efectivos cuando hay puertas abiertas en su vida: pecados no confesados, resentimientos, falta de perdón, hábitos ocultos, desobediencia, entre otros. Vencer los ataques espirituales implica vivir en santidad, confesar los pecados y cortar todo lazo con las tinieblas.
“No deis lugar al diablo.” (Efesios 4:27)
Pídale al Espíritu Santo que le revele cualquier área de su vida que necesita ser limpiada o restaurada.
Fortalezca su vida de oración
Un cristiano sin oración es un blanco fácil. La oración fortalece su espíritu, activa el poder de Dios en su vida, y crea una muralla espiritual contra los dardos del enemigo.
“Orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu…” (Efesios 6:18)
Dedique tiempo diario a buscar el rostro del Señor. No solo ore cuando está en crisis: haga de la oración un estilo de vida.
Permanezca vigilante
Muchos ataques del enemigo llegan de manera sutil y progresiva. A veces comienza con un simple pensamiento negativo, una duda, una tentación leve. Si no está alerta, ese dardo puede arraigarse en su mente o su corazón.
“Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar.” (1 Pedro 5:8)
Mantenga su discernimiento espiritual despierto. No ignore los pequeños ataques. Sea sensible a la voz del Espíritu Santo.
Usted ha sido equipado para vencer
Los dardos del enemigo son reales, pero también lo es el poder de Dios en usted. No tema. Usted ha sido armado con fe, con la Palabra, con la oración y con la presencia del Espíritu Santo. Levántese cada día en victoria, y declare:
“Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.” (Filipenses 4:13)
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