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Cómo apagar los dardos de fuego del maligno

La guerra espiritual no se libra con indiferencia ni se gana con ignorancia. El enemigo lanza constantemente dardos de fuego: pensamientos destructivos, emociones aplastantes, dudas sutiles, tentaciones persistentes y ataques dirigidos al corazón y la mente del creyente.
Pero Dios, en Su fidelidad, nos ha provisto de un arma poderosa: el escudo de la fe. Este escudo no solo protege, sino que tiene el poder de apagar cada uno de esos dardos inflamados.

En este artículo, aprenderá cómo ejercer la fe de manera práctica y eficaz para resistir las asechanzas del maligno.

Identifique el dardo: reconozca el ataque

Antes de apagar un dardo, es necesario discernir que se está bajo ataque. Muchos hijos de Dios sufren innecesariamente porque no identifican los pensamientos o sentimientos que provienen del enemigo.

Ejemplos de dardos comunes:

  • “No vales nada” → Auto-desprecio
  • “Dios se ha olvidado de ti” → Duda
  • “No tienes salida” → Desesperanza
  • “Ya no eres digno por lo que hiciste” → Condenación

Cualquier pensamiento que contradiga la verdad revelada por Dios en Su Palabra, es un dardo.
Y todo dardo que no se apaga, prende fuego en el alma y en la vida del creyente.

Use el escudo: Responda con la Palabra

“Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.” (Hebreos 11:1)

Cuando usted usa el escudo de la fe, está tomando la Palabra de Dios como su realidad superior, por encima de las circunstancias visibles o emociones pasajeras.

LEER  ¿Qué significa el cinturón de la verdad en la vida cristiana?

Ataque: “Eres un fracaso, nunca cambiarás.”

Respuesta en fe:

“De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es.” (2 Corintios 5:17)

Ataque: “Dios ya no le ama por lo que hizo.”

Respuesta en fe:

“Ni la vida, ni la muerte, ni lo presente ni lo por venir… podrá separarnos del amor de Dios.” (Romanos 8:38–39)

Ataque: “No podrá salir de esta situación.”

Respuesta en fe:

“Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta.” (Filipenses 4:19)

Consejos de sabiduría:

  • Decisión: No dejarse arrastrar por el temor ni por las emociones, sino elegir creerle a Dios.
  • Declaración: Hablar la Palabra en voz alta, proclamarla, recordarla.
  • Determinación: Mantenerse firme aunque el ataque no cese inmediatamente.
  • Dependencia: Confiar en el poder de Dios y no en sus propias fuerzas.

Cuando usted responde con fe basada en la Palabra, el enemigo retrocede. La fe activa la protección del Señor.

Actúe en fe aunque no sienta nada

No siempre habrá emociones intensas al ejercer la fe. Muchas veces, usar el escudo consiste en obedecer la verdad de Dios aun cuando el alma está cansada o herida.

  • Ore aunque no sienta ganas.
  • Alabe aunque no vea resultados.
  • Sirva aunque esté en lucha.
  • Persevere aunque todo se vuelva en contra.

Cada acto de obediencia en medio del ataque es una declaración de fe que apaga dardos y debilita al enemigo.

Renueve su mente diariamente

La mente es el campo de batalla. Una mente llena de la Palabra de Dios es un terreno fuerte donde los dardos de fuego no pueden prender.

  • Lea la Biblia todos los días.
  • Memorice pasajes clave.
  • Medite en la verdad de Dios.
  • Cante himnos y alabanzas centrados en la Palabra.

“Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.” (Juan 8:32)

Resumen

El enemigo lanza sus dardos sin descanso. Pero el Señor nos ha dado un escudo confiable.
Úselo con decisión. Úselo con sabiduría. Y apague, en el nombre de Jesús, cada ataque encendido del maligno.

“Tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno.” (Efesios 6:16)

Jorge Barrientos

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