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Cómo apagar los 7 dardos del enemigo: La estrategia espiritual para vivir en victoria

El apóstol Pablo nos enseña en Efesios 6:16 que debemos tomar “el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno”. No se trata solo de identificar los ataques del enemigo, sino de aprender a apagarlos de manera efectiva. Cada dardo espiritual puede ser neutralizado con las armas poderosas que Dios ha puesto a nuestra disposición.

1. Apague el dardo del temor con la confianza en las promesas de Dios
Cuando el miedo se levanta, recuerde que Dios está con usted. No está solo ni desprotegido. El temor huye cuando usted declara la Palabra con fe.

Diga con convicción: “En el día que temo, yo en ti confío” (Salmo 56:3). Repita las promesas de protección, y el temor perderá fuerza.

2. Apague el dardo de la culpa con el poder del perdón en Cristo
Si usted ya ha confesado su pecado, créale a Dios: Él le ha perdonado. No permita que Satanás le acuse con recuerdos del pasado.

Diga con convicción: 1 Juan 1:9: “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad”. Usted ha sido lavado por la sangre del Cordero.

3. Apague el dardo de la duda con la fe en la Palabra
La duda se combate recordando quién es Dios y lo que ha dicho. La fe viene por oír la Palabra (Romanos 10:17).

Lea la Biblia, medite en sus promesas y declare en voz alta: “Creo, Señor; ayuda mi incredulidad” (Marcos 9:24). Al fortalecer su fe, los dardos de la duda se deshacen.

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4. Apague el dardo de la tentación con la obediencia y la oración
Jesús venció la tentación en el desierto usando la Palabra: “Escrito está…” (Mateo 4). Usted también puede hacerlo. Llénese de las Escrituras.

Ore sin cesar. Hable con Dios cuando se sienta tentado. No luche solo: el Espíritu Santo está dispuesto a ayudarle a vencer.

5. Apague el dardo de la confusión con la dirección del Espíritu Santo
Cuando no sepa qué hacer, no se deje llevar por la prisa o el impulso. Busque al Señor en oración, escuche su voz en la Palabra, y sea guiado por el Espíritu.

Santiago 1:5 dice: “Si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios… y le será dada”. La claridad llega cuando usted espera en Dios.

6. Apague el dardo del desánimo con alabanza y gratitud
El desánimo se debilita cuando usted alaba a Dios en medio de las pruebas. Recuerde todo lo que Él ha hecho por usted. Alabe su fidelidad, aunque no vea resultados inmediatos.

Diga como David: “¿Por qué te abates, oh alma mía? Espera en Dios, porque aún he de alabarle” (Salmo 42:11).

7. Apague el dardo del orgullo espiritual con humildad y temor de Dios
Reconozca que todo lo que es y tiene viene de Dios. Humíllese delante del Señor cada día. Pídale que examine su corazón y le libre de toda soberbia. “Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes” (Santiago 4:6). La humildad es un muro contra este dardo sutil y destructor.

Viva con el escudo en alto
Los dardos del enemigo pueden venir en cualquier momento, pero usted no está desarmado. Mantenga en alto el escudo de la fe. Ore diariamente. Escudriñe las Escrituras. Permanezca firme en Cristo. Usted no está a la merced del diablo: está bajo la cobertura del Dios todopoderoso. En Él, usted tiene autoridad y poder para apagar cada dardo que venga en su contra.

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Jorge Barrientos

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